VIAJAR
VIAJAR No soy especial amigo de los viajes, al menos tal y como ahora se puede viajar. Otra cosa sería si existiese el viaje instantáneo, tal como parece en algunos relatos y películas de ciencia ficción, pero como eso es físicamente imposible, me quedaré sin poder ir por la mañana a Nueva Guinea, por ejemplo, y por la noche dormir en mi cama. En fin. No me gusta demasiado el avión. No por miedo, aunque esas latas voladoras siempre me causan una cierta inquietud. Aunque sí que he salido a la mar por unas horas, tampoco me atrae un crucero, así que sólo me quedan los viajes por tierra. Tengo recorrido demasiados kilómetros (y horas, claro está) en autocar, así que tampoco es un medio que, a estas alturas de la temporada, me satisfaga. No pasa lo mismo pasa con el tren; horas y horas, kilómetros y kilómetros hacen que sea mi segundo medio de locomoción preferido. Por detrás del automóvil, que sí es mi preferid...