CRÓNICA DEL ASESINATO DE ESPERANZA Y FIDEL. Y 3.
CONTINUACIÓN. Aquí les traigo algo para que vayan haciendo boca nos dijo doña Luisa poniendo delante de nosotros dos morcillas de arroz cortadas en trozos de unos 5 centímetros de largo y de diámetro parecido; digo dos morcillas porque había cuando menos 10 de aquellos enormes trozos. - Por Dios, exclamé , no creo que podamos comer todo esto - Sí hombre ya verá, empujándolo con un poco del vinillo este entra solo, me dijo mientras me llenaba el vaso hasta el borde, coma usted coma usted, que tiene cara de pasar hambre en la ciudad. La debilidad era mucha así que después de mirar a Felipe y encogerme de hombros, sin encomendarme a dioses ni a diablos ataqué un trozo de aquellas morcillas; la verdad es que olían muy bien y desprendían una grasilla oscura que teñía el plato; en la boca eran en principio suaves así que mordí con ímpetu aquel primer pedazo. Fuego. Puro fuego. Se desató un...