DE UN CRISTO/HOSPITAL

     Este artículo lo envié al diario La Nueva España una vez completado el traslado de los enfermos ubicado en el complejo hospitalario del Cristo al nuevo HUCA. Fue publicado el 23 de julio de 2014.
Mi idea principal era que en aquel entonces no había ningún plan para las viejas instalaciones. Han pasado mas de cuatro años y me atrevo a decir que la diligencia de los responsables está aún sin ruedas y sin caballos de tiro.

     Me entero con estupor de que a Oviedo le ha crecido un nuevo y gran hospital de referencia, un nuevo HUCA, lo que ha provocado la rápida movilización de los responsables de la sanidad asturiana, que, con una premura digna de alabanza, han procedido al desalojo de las ruinosas y obsoletas instalaciones que un complejo de igual denominación tenía desde hace años en el barrio del Cristo.
     Sorprendidos (todos) por tan repentino suceso, desde que se enteraron de la noticia los responsables municipales y del Gobierno regional no han perdido ni un minuto en convocar concursos de ideas, organizar comisiones, pedir ayuda a los ciudadanos, etcétera, para poder darles una nueva ocupación a los terrenos que ahora quedan vacíos.
     Loable gesto el de nuestros administradores políticos: dejar en manos de los ciudadanos la decisión de qué uso darles a los solares; de todos es sabido que siempre las decisiones de este tipo: planificación urbanística, localización de los servicios, construcción de palacios, monumentos o mausoleos, denominación de las calles, traslado de empresas, etcétera, han sido tomadas siempre previa consulta popular y a mayor satisfacción de la ciudadanía.
   No tengo palabras. Creo que todos nuestros actuales políticos/administradores (no olvidemos que eso es lo que son) se merecen un viaje (ya sólo de ida) a cualquier paradisiaco paraíso (perdóneseme, por favor, la reiteración, pero suena tan bien...); por supuesto, con todos los gastos a nuestra costa en pago por sus desvelos.
    Algunos ciudadanos avisados (quizás por disponer de información privilegiada de tan inusitados sucesos) ya han salido a la palestra con magníficas ideas. Oviedo necesita un recinto ferial es una de ellas; nada más acertado; la demanda social de este tipo de instalaciones es uno de los mayores deseos del ciudadano; las numerosas ferias agropecuarias, de maquinaria, romerías celtas, clarinianas, o de cualquier otro tipo, revitalizarán fuertemente el barrio del Cristo, volverán a ser boyantes todos los negocios, se repoblará de personas ansiosas de vivir próximas a tan magnífico e imprescindible enclave.
    Otros, alarmados por el consumo desorbitado de oxígeno de la creciente urbe y la falta de vegetación en nuestra árida tierra, proponen, con gran acierto, soluciones imaginativas a los eriales de la antigua Fábrica de Armas y del antiguo recinto hospitalario: convertirlos en zonas verdes; no me cabe duda de que los ciudadanos de Oviedo, y más los de las zonas afectadas, correrán presurosos a reponer en sus pulmones el preciado aire limpio de esos oasis de verdor y, de paso, convertirán la Vega y el Cristo en motores de la recuperación económica de la ciudad.
    Humildemente (y seguro de vuestra clemencia), me atrevo a lanzarme a la arena con la esperanza de no ser devorado por las fieras. A pesar de lo repentino e inesperado de la situación, he tenido varias ocurrencias. La primera, quizás la más barata de realizar, sería dinamitar los edificios ahora vacíos y dejar los escombros en el mismo lugar, cercar todo el entorno y hacer ¿qué?: un zoológico; bueno quizás esa palabra posiblemente sea político-ecológicamente incorrecta; mejor estaría reemplazada por alguna otra o expresión más en boga como: “instalación” “parque temático”, “aula de interpretación”. ¿Cómo que de qué?, está claro: de Oviedo y Asturias.
   Dejaríamos los escombros y pondríamos entre ellos “stands” en los que se podrían observar, en su ambiente natural, bichos de especies perdidas o en riesgo de extinción como un madreñero, un minero, un azabachero, una pareja reproductora asturiana, un sindicalista del naval, un factor de Renfe, dos nativos de los barrios de la Vega y el Cristo, un aldeano cabruñando, otro cavando a pala y otro catando, un político de verdad (no sé, quizás Pedro de Silva), otro de mentira tras unas rejas, algún pescador, un par de productores del metal, un médico y un ATS (jubilados, eso sí) del antiguo HUCA, obreros de la construcción, profesores atacándose para dar clase a un estudiante, dos funcionarios del Principado traspasándose continuamente papeles, un esquiador de Pajares y todos aquellos especímenes que, de seguir así, en un futuro no muy lejano se dirá que en otros tiempos correteaban por nuestros lares.
    También me vino otra ocurrencia, pero, claro, más cara y quizás menos revitalizadora de la zona del Cristo. ¿Podría aprovecharse la ocasión para, de una vez, tener un campus universitario de verdad en Oviedo? Yo creo que hay espacio suficiente para que las facultades de Ciencias, Geología, Formación de Profesorado y Psicología y las Escuelas de Minas e Informática, con sus varios cientos de profesores, decenas de personal de administración y miles de estudiantes, se sumen a las ya existentes en la zona. Y además sobraría sitio para zonas verdes (no sé si incluso para el recinto ferial).
    Ya sé que ésta parece una idea descabellada, que quizás no aportaría todo lo que merece ni la zona ni el desarrollo de la ciudad; pero, bueno, es la de este asombrado ciudadano, aún sorprendido por el rápido devenir de los acontecimientos.

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