DEBERES
Estoy asistiendo a un curso de literatura en la Universidad Popular que organiza el Ayuntamiento de Oviedo. Somos un grupo variopinto, dirigidos por un voluntarioso profesor nobel, que pasamos hora y media muy agradable los martes (bueno al menos yo la paso).
El profe nos pone deberes que, con mejor voluntad que éxito, tratamos de cumplir. Resultado de esas cuitas son los dos sonetos que siguen.
El profe nos pone deberes que, con mejor voluntad que éxito, tratamos de cumplir. Resultado de esas cuitas son los dos sonetos que siguen.
I
Un soneto me ponen de deberes,
¡algo tan fácil, sencillo y elegante!.
Pues allá voy feliz, con buen talante,
a satisfacer a hombres y mujeres
Exprimiendo con ansia mis saberes
¡maldigo a Eduardo! y digo a Rocinante
que me ayude con su saber andante
para volver pronto a mis quehaceres.
Empiezo muy feliz este terceto,
el trabajo encargado va acabando,
en otra locura así yo no me meto
por no faltar al orden que, obligando,
obediente a la norma, me someto
y acabo como empecé, así, sudando.
II
Encerrado por el azul del cielo,
prisionero de un estupor profundo,
cansado de luchar voy errabundo,
ando y me arrastro por el sucio suelo.
Cambiar mi vida hoy con ansia anhelo,
dejar de caminar cual vagabundo
y olvidar ya esta vida del submundo,
alejarme de un horror de sal y hielo.
Quiero vivir en un lugar tranquilo,
alejado, sin ansias, sin pesares,
sin sostener ni vigilar el filo
que amenaza la vida en estos lares,
sin tener compasión, piedad, ni estilo,
cual tradición venida de otros mares.
Comentarios
Publicar un comentario