Los
zoólogos no se ponen de acuerdo sobre el origen de la joroba de los
dromedarios. Los unos apoyan un origen relacionado con el aparato digestivo y
la locomoción; incluso dentro de éstos hay dos teorías; uno dicen que se
originó como una despensa de agua desarrollada por la realización de largos
desplazamientos en zonas desérticas. La segunda teoría lo achaca a la enorme
voracidad de estos cuadrúpedos: sus estómagos se dilataban de tal manera hacia
el suelo que dificultaban su desplazamiento, por ello, la evolución condujo a
que uno de esos estómagos se desplazase a su espalda.

Otra
escuela plantea un origen más antiguo, unido a la evolución geológica de la
corteza terrestre. Hace millones de años, cuando la India no había colisionado
aún con Asia, los predromedarios eran criaturas esbeltas, gráciles como
caballos árabes, que habitaban un hermoso valle en lo que hoy es Pakistán. El
avance de la India fue estrechando el valle, alargándolo y elevando verticales
paredes, lo que redujo el espacio vital de los predromedarios; como respuesta a
la falta de espacio, fueron encorvándose cada vez más, acortándose su figura,
lo que dio lugar al nacimiento de una incipiente joroba.
Al
cabo de millones de años de evolución y ya completamente chepados, encontraron
una grieta por donde escapar; hasta el momento no han vuelto a recuperar su
esbeltez inicial, lo que no impide pensar que, ahora que habitan en extensas
llanuras desérticas o semidesérticas, no sean capaces de ir recuperando
paulatinamente su forma primitiva, ya que algunos de los genes originales es
posible que haya sobrevivido al devenir del tiempo.
Los
camellos eran una especie prima de los dromedarios, de menor porte, que convivía
con ellos en el valle. Menos inquietos física e intelectualmente, tardaron unos
cuantos años más en encontrar la salida.
Tanto
camellos como dromedarios son perfectamente comestibles.
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