LOS GATOS


De
hecho los egipcios lo consideraban un animal sagrado, llegando a ser una de sus
divinidades, la diosa Basbet, e incluso como la encarnación de su dios Ra. Más
tarde griegos y romanos consideraban a los gatos como animales dignos de
protección. No fue hasta la edad media
cuando bajó muchísimo de categoría (bueno, o subió, según cada uno lo interprete)
ya que pasó a ser el amigo preferido de las brujas, que lo consideraban (o consideran, vaya usted
a saber) dotado de poderes mágicos.
Una
cualidad de los gatos es su independencia, no son tan “pegajosos” como los
perros. Además, es un animal muy limpio en una casa; hace sus deposiciones
siempre en el lugar en que tu hayas dispuesto su cajón; se lava incansablemente
sus patas, su cara, su pecho, su barriga…lo dicho, todo virtudes, cuando él
quiere. Pero si no quiere, que es cuando a él le da la gana, suelta la zarpa y
el diente con facilidad, con instinto asesino; así y todo me consta que,
convenientemente sazonados, son comestibles.
EStá claro que los gatos van por libre.
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