MÁS DEBERES. MI ADORADA LOLA

Una vez más el profe del curso de literatura española nos ha puesto deberes para este semana. Tenemos que escribir un texto al modo del relato de Miguel Delibes titulado El amor propio de Juanito Osuna, incluido en su libro de relatos La mortaja (que todavía no he terminado de leer, ya os contaré). Esta mi redacción.
Mi
adorada Lola
Hola,
cuánto tiempo sin verte. Pues nada, todo bien. Bueno, con las pequeñas cosas,
alguna más grande, que te van surgiendo en la vida. ¿Te acuerdas de Lola?
Claro, jugaste mucho con ella cuando era pequeñita. Era un cielo. Hace ahora un
año que nos dejó. Tan joven. Apenas 10 años. Todos lloramos en su entierro.
Estuvimos meses sin levantar cabeza. No, ¿para qué íbamos a decírtelo? No
merecía la pena disgustarte. Ya sabíamos que la querías mucho. Cariñosa y lista
como ninguna. ¿Te acuerdas? Se metía por ti haciéndote mil carantoñas. Lista e
inteligente. Era como una esponja. Todo se le quedaba a la primera. Zalamera. Cuando
no la mirabas iba y se agarraba a tus piernas para que la alzases. Hombre,
claro que tenía su genio. Lo normal. Pero cuando te miraba con esos ojazos
verdes se te pasaba el mal humor. Y cómo atendía. No hacía falta decirle nada.
Corría hacia ti como si hiciese un año que te habías ido. Aunque solo faltases
cinco minutos. Sí, es cierto que a veces no te hacia ni caso. ¿Te acuerdas de aquel
día que llegamos los dos y ni nos miró? Ni siquiera giró la cabeza. Estaba a
sus cosas. Con sus juguetes. En eso demostraba su carácter independiente. Sí,
es cierto, a veces en exceso. Casi un poco pasota. Pero nos quería. Cariñosa y
lista como ella sola. Mucho. Ya más mayor, en ocasiones venía a dormir con nosotros
a nuestra cama. Supongo que tendría sueños raros. En eso era un poco miedosa. Y
con la edad no mejoró. Seguía con la necesidad de acurrucarse entre mi mujer y
yo de vez en cuando.
¿Te
acuerdas de la primera vez que la sacamos al parque y la dejamos en el suelo? Lo
miraba todo con ojos alucinados. Gateaba de un sitio a otro. Un mundo nuevo,
nuevo para ella. Tú la llamaste y no te hizo ni caso. Demasiadas emociones
nuevas. Pero cuando se separó un poco de nosotros y miró hacia atrás, dio media
vuelta y tuviste que cogerla. Puro miedo. El corazón a toda máquina. Se metió
por ti como una lapa. Suspirando. Temblando. Era cariñosa y lista a más no
poder. Cariñosa y zalamera. ¿Te acuerdas? Aunque cuando sacaba su genio
endemoniado no había manera de razonar con ella.
No
eran frecuentes los berrinches, pero sí fuertes. Incomprensibles en ocasiones.
Por nada, por una tontería. Por puro capricho. Tú estabas en casa en algunas de
esas ocasiones. Viste que no había nada que hacer. ¿Te acuerdas de la última
antes de irte? Tendría ya como cinco años o así. Yo creo que te echó de menos.
No en vano ibas mucho por casa. Con los años no mejoró en el genio. Si en
tranquilidad. De todas maneras tenía un carácter salvaje. En ocasiones
agresivo. No, no creo que volvamos a tener otra gata.
Espero que el "profe" te dé buena nota.
ResponderEliminar