LA CELESTINA. TRAGICOMEDIA DE CALISTO Y MELIBEA.




Después de unas primeras clases sobre las vanguardias europeas de principios del siglo XX, en el curso de literatura al que asisto este año andamos ahora “perdidos” por la literatura española desde sus inicios. Ya dejamos atrás jarchas y cantigas, coplas manriqueñas, libros de caballerías, poemas épicos, a Berceo, al Arcipreste, a Alfonso X, etc.

La semana pasada llegamos a la Tragicomedia de Calisto y Melibea, más conocida como La Celestina, que después de una rápida relectura rejuvenecedora (recuerdo haberla leído hace más de cuarenta años), me atrevo a retitular (demonios, con tantos re me va a salir una sinfonía) como Tragicomedia del infame Calisto y la inocente Melibea; me explico: con los cánones actuales (no es no) es clara la violación de Melibea por Calisto, pájaro de cuenta que lo único que buscaba era satisfacer sus ansias carnales con la inocente (a la par que pardilla) y enamorada Melibea. No se explica de otra manera que, siendo los dos de buenas familias, no siguiese los cauces adecuados (pedirla a sus padres en matrimonio) y optase por las malas artes de Celestina para llevar a cabo sus oscuros propósitos.


Tiene mucho de tragedia (mueren casi todos los principales actores, incluido el suicidio de la pobre y ultrajada Melibea) y, para mí, la parte más cómica es el morirse Calisto al saltar la tapia del huerto: pobre golfo.

Destripado el argumento para los no iniciados, entiendo que sea obra de imposible representación teatral en su integridad por demasiado extensa, además de demasiados monólogos pesados, demasiados escenarios... A gusto se debió quedar Fernando de Rojas. Algún amigo-protector debía de tener en la Inquisición de la época (albores del siglo XVI) para no dar con sus huesos en algún auto público de fe después de tanta blasfemia y coyunda como se puede leer en algunas partes, amén de permitir su publicación y difusión por aquellos reinos; si fuere ogaño, ruido de sotanas y voxes altísimas hubiéramos de sentir, además de la petición de retirada de las librerías por esos y otros colectivos animalistas concienciados.

Aun así, apta para tomar en dosis controladas y espaciadas alternando con alimentos más jugosos.


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