ISAK DINESEN (KAREN BLIXEN)
Tengo
que confesar que el año pasado, en diciembre, tomé una mala decisión. Peco de
humilde. Tomé varias malas decisiones, como casi todos los días. Al final vivir
es eso, tomar decisiones sobre infinidad de cosas. Unas veces acertadas. Otras
erradas. Pero, en general, ni los aciertos son tan importantes, ni los errores
garrafales. Y así se pasa la vida.
Vuelvo
al principio. Una de los peores errores de diciembre fue para con mis queridos
miembros del club de lectura del que formo parte. Para leer en enero habíamos
acordado pedir el libro La mujer zurda
del reciente premio nobel Peter Handke.
A la aventura. Ninguno habíamos leído nada de él y, dejando de lado controversias
mediáticas a parte (sobre esto haré un comentario al final), nos apeteció ver
que tal escribía. Dicho y hecho. Mando la petición a Teresa, la encargada de la
biblioteca de El Cortijo, en la Corredoria (que es dónde está el depósito de
libros para los clubes de lectura) y, como hago otras veces, por si estuviese
prestado, se me ocurrió pedir como alternativa Siete cuentos góticos de Isak
Dinesen (pseudónimo de Karen Blixen).
Nunca tal hiciera, porque ese fue el que nos dejaron al estar el otro prestado.
¿Por
qué escogí ese? Yo sabía de la escritora por una película que casi seguro que todos
recordareis: Memorias de África,
basada en una novela de esa autora. En mala hora. Siete cuentos góticos no,
siete cuentos ñoños, pesados, en plan Las
mil y una noches, pero mucho más difíciles de digerir. Y no digo más del
libro, porque habrá personas a las que les guste y nada más lejos de mi
intención que molestar a nadie.
A
partir de ahí reflexioné sobre mi elección y los datos previos. Pensándolo
después fríamente ¿Qué me gustó de Memorias
de África? Hombre la historia es flojita así que lo que me mantiene un
agradable recuerdo de la película es la fotografía, los maravillosos paisajes, las
escenas apoyadas en ellos, tampoco están mal las interpretaciones de los actores
protagonistas (Meryl Streep, Robert
Redford y Klaus María Brandauer) y ya. No sé, visto lo visto, posiblemente
la novela no sea tan meritoria (juicio de valor atrevido). Ocurre mucho en el
cine; excelentes novelas asesinadas en las películas, películas que glorifican
novelas mediocres y buenas películas de buenas novelas o buenas novelas de
buenas películas (de este último caso no puedo dejar de acordarme de 2001. Una odisea en el espacio, Stanley
Kubrik - Arthur C. Clarke).
Bueno,
pues nada, eso, cuando la semana que viene nos reunamos los lectores del club,
lo primero pediré mil disculpas (no sé, casi mejor un millón, creo que mil no
serán suficientes) por el atentado. Por cierto, ya tengo para febrero el libro
de Handke. Ya os contaré.
Sobre la estupidez imperante en el tema
de considerar el comportamiento y/o ideología personal de los creadores
(de la rama que sean) para anatemizar su obra y sobre el sexismo y el racismo
que van unidos al buenismo y a lo políticamente correcto, a ese cogerla con
papel de fumar, tengo para mí que cada vez nos estamos volviendo más gilipollas.
Pero sobre eso ya escribiré un día que esté más relajado.
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