BILL BRYSON. UNA BREVE HISTORIA DE CASI TODO. II


BILL BRYSON. UNA BREVE HISTORIA DE CASI TODO. II

Vuelvo con el bueno de Bill (es, claramente, una licencia: ni lo conozco, ni sé si es bueno, malo o regular, pero subjetivamente lo clasifico entre los buenos). Casualmente hoy un amigo me envía una noticia según la cual el Sol, nuestro Sol, está dando muestras de una muy baja actividad. En sí mismo, eso no es nada ni nuevo ni raro, pero si leéis el último párrafo de esta entrada, veréis que el cambio en las tendencias de ascenso o descenso de las temperaturas a nivel global es una de las causas que se invocan para las extinciones masivas de especies.

Ya a principios del siglo XX, Milutin Milankovich (Croacia 1879 – Servia1958) propuso que la alternancia de las etapas glaciales e interglaciales no eran debidas tanto a la actividad solar, como a los cambios orbitales (a la excentricidad de la órbita terrestre en su viajar alrededor del Sol). Un breve apunte sobre esto: la Tierra viaja en una órbita elíptica más o menos excéntrica, lo que nos acerca o nos aleja más del Sol en determinados periodos, favoreciendo, por tanto, mayor o menor calentamiento (ver figura), lo que provoca épocas frías (glaciales) o cálidas (interglaciales); ahora estamos en una cálida desde hace algo más de 10.000 años.



Vuelvo ahora con los datos que nos proporciona Bill Bryson sobre este tema de las grandes extinciones de los seres vivos (animales y plantas) conocidas a lo largo de la historia de la Tierra

La Tierra ha pasado a lo largo de su historia por cinco grandes episodios de extinción (el Ordovícico, el Devónico, el Pérmico, el Triásico y el Cretácico, en ese orden) y muchos otros más pequeños. El Ordovícico (hace 440 millones de años) y el Devónico (hace 365 millones de años) liquidaron cada uno de ellos del 80 al 85 % de las especies. Los episodios de extinción del Triásico (hace 210 millones de años) y del Cretácico (hace 65 millones de años) del 70 al 75 % de las especies cada uno de ellos. Pero la más tremenda de todas las extinciones fue la del Pérmico (hace unos 245 millones de años), que alzó el telón para la larga Era de los dinosaurios. En el Pérmico, un 95 % como mínimo de los animales conocidos por el registro fósil se fueron para no volver. 18 También lo hicieron aproximadamente un tercio de las especies de insectos -la única ocasión en que desaparecieron en masa-.'9 Es lo más cerca que hemos estado nunca de la devastación total.

Se calcula que el planeta perdió en total, en tierra firme y en el agua, el 52 % de sus familias (es el nivel situado por encima del género y por debajo del orden en la gran escala de la vida, tema del capítulo siguiente) y tal vez hasta el 96 % de todas sus especies... Estamos hablando de la muerte de especies, no de individuos. En el caso de los individuos, el balance de muertos podría ser mucho mayor… en muchos casos casi total.22 Las especies que sobrevivieron hasta la fase siguiente de la lotería de la vida debieron su existencia, casi con seguridad, a unos cuantos
supervivientes maltrechos y renqueantes.

            ¿Y cuáles son las causas de estas extinciones masivas? Primero un baño de humildad: los humanos NO estábamos presentes en ¡NINGUNA! de ellas. Somos una especie claramente depredadora. De eso no hay la menor duda. En nuestra aún corta existencia sí es cierto que somos responsables de la extinción de algunas especies, pero ¿cuántas? En el último siglo parece ser que 10. Documentadas en el total de la existencia humana parece ser que no llegan a 1000 (842 en total, 746 de animales y 96 de plantas, según la UICN: Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza).

            Así que algunos se arroguen el título de “reyes de la creación” y de destructores de la superficie terrestre no deja de ser una fantasmada más por nuestra parte. Es cierto que sí hemos usado un alto, incluso muy alto, porcentaje de los depósitos de carbón y petróleo, deforestado una enorme superficie del planeta, explotado enormes recursos geológicos para construir nuestras ciudades, vehículos, bienes de consumo, etc. Todo ello apenas son débiles arañazos a la corteza terrestre y mínimos pinchazos a LA VIDA. Esta continuará durante muchos millones de años (unos 4500 millones le quedan, según estimaciones, al Sol, así que esa es la esperanza de la vida en este planeta) después de que nosotros nos hayamos extinguido y no se recuerde absolutamente NADA de lo que hayamos hecho (si acaso, y siendo optimista, algún fósil petrificado).

          ¿Por dónde llegará la próxima extinción masiva, que quizás nos lleve por delante? Bryson nos indica las posibles causas que han sido invocadas para las anteriores. Cualquiera de ellas, o la combinación de varias, puede ser el origen. Y, ¿cuándo tendrá lugar? Pues ni idea. Ya nos lo dejó escrito Horacio: Carpe diem.


Se han identificado dos docenas, al menos, de posibles culpables como causas o responsables principales,24 incluidos el calentamiento global, el enfriamiento global, los cambios de nivel marino, la disminución del oxígeno de los mares (una condición conocida corno anoxia), epidemias, fugas gigantescas de gas metano del lecho del mar, impactos de meteoritos y cometas, huracanes descomunales del tipo conocido como hipercanes, inmensos afloramientos volcánicos y catastróficas erupciones solares.

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