OBITER DICTA. JORGE ORDAZ


OBITER DICTA. JORGE ORDAZ

            Un ahora querido amigo (antes profesor y después compañero de trabajo) mantiene desde hace unos años un muy recomendable blog: Obiter dicta. Hablo de Jorge Ordaz Gargallo. Hombre dado a la pluma desde su temprana juventud y sobre el que otro día me extenderé más. Hoy, por la inmediatez del comentario, seré breve.

Estoy suscrito a su blog, así que, puntualmente, el correo electrónico me informa de las nuevas entradas (y las leo, claro está); en la de hoy, titulada “Diálogo con un tíoJorge nos proporciona un texto correspondiente a un fragmento extraído de la novela “Los solteros” de Muriel Spark. Dentro de él me llamó especialmente la atención esta frase:

-Los tipos adecuados no existen. Si no están casados son maricas (1). Si no son maricas son crueles (2); si no son crueles son demasiado blandos (3).

Nota: aclaro que los números entre paréntesis y en rojo son míos, no están en el texto original. Son para facilitar el razonamiento posterior.

Evidentemente de la cadena de razonamientos de Elsie (la que habla) se extraen una serie de conclusiones. Primero establece dos categorías de hombres: (1) Casados y maricas. Primera aseveración: todos los solteros son maricas. Después dice (2) si no son maricas”, está claro entonces que tienen que estar casados y, por tanto “son crueles”, de donde se infiere que todos los casados son crueles. Bueno, pues tal vez pudiera ser, bien con ellos mismos (por haberse casado) o con sus parejas (por lo mismo: por haberse casado). También pudiera ser que la crueldad innata provoque en los tíos (por seguir su nomenclatura) la necesidad imperiosa de casarse. Cosas del código genético.

Siguiente opción: (3) si no son crueles”, queda clarísimo que entonces son maricas (véase la propuesta 2), de donde se colige que entonces “son demasiado blandos” (es posible, no sé). ¿Cabe la posibilidad de que todos los maricas sean demasiado blandos?

Parece que la conclusión final es que todos los casados son crueles y que todos los maricas son demasiados blandos. Pues si eso era lo que quería decir la autora, vale, ingenioso y retorcido, pero vale. Ella misma y sus cosas.

Comentarios

  1. Lo primero: gracias. Lo segundo: estoy convencido de que tu exégesis del diálogo no le hubiese disgustado a Muriel Spark, una de las novelistas más sutiles y acerbamente irónicas del pasado siglo. A mí me encanta.

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