TIM FLANNERY. EUROPA. I

                                                 TIM FLANNERY. EUROPA. I




            El fin de semana terminé de degustar un muy alimenticio y sabroso libro del australiano Tim Flannery, Europa; Una historia natural, en el que, de manera amena, en solo 370 páginas, nos narra la evolución de la fauna y la flora de nuestro continente a lo largo de los últimos 100 millones de años, además del nacimiento y evolución del continente como tal, desde su primera aparición como archipiélago, hasta su configuración actual. Los términos de alimenticio y sabroso no son aplicables a la calidad literaria (no es el caso, aunque tampoco estaría de más un poco de cuidado en la traducción al castellano) sino a la curiosidad científica, para quién le interese y tenga un poquito de paciencia claro está, que comprendo perfectamente lo arduos que pueden ser estos temas para algunas personas.

            Comentaré algunas cuestiones que a mí me resultaron más sorprendentes o interesantes; por riguroso orden de aparición en el texto. La primera en la frente. Dice Tim que nuestros primeros ancestros erguidos aparecieron en Europa y no en África. También que las especies más significativas del continente son híbridas, incluidos nosotros, los humanos. También que la fauna primigenia de Europa está extinta, excepto algunos sapos, salamandras y tritones y no, no hemos sido los humanos los principales causantes de la desaparición de miles especies, sino el inexorable paso del tiempo y el cambio de las condiciones de todo tipo en los diferentes hábitats (la reflexión es mía a partir de lo leído y de saber que de los 100 millones de años de esta historia nosotros apenas ocupamos tres diezmilésimas partes).

            Hace 50 millones de años Europa era una zona tropical. Con pluviselvas en Groenlandia, grandes arrecifes de coral y la fauna incluía, entre otras especies, cocodrilos y tortugas marinas, mientras que en la flora estaban representados los cocoteros, higueras y ¡eucaliptos!, (una especie que hoy se considera invasora y traída hace unas decenas de años de Australia, así que en realidad hemos recuperado una especie autóctona, ¡qué cosas!). Esa etapa tropical terminó hace 34 millones de años, para dar lugar a un periodo más frío y seco; como dice Flannery, “el mundo pasa de ser un invernadero a ser un congelador”.

            Otra curiosidad. Por encima de los 3400 metros, la cumbre del Matterhorn (el Cervino) son rocas africanas. África estaba (y está) moviéndose hacia el norte, cerrando progresivamente el mediterráneo y elevando, aún hoy, los Alpes, que siguen creciendo entre 1 mm y 1 cm al año (algo más de mi cosecha: lo mismo pasa con los Himalayas por el empuje de la India sobre Asia, de hecho, el Everest crece en altura y se aleja cada vez más de la costa). El mismo origen que los Alpes tienen la cordillera Bética, sierra Nevada, el peñón de Gibraltar y la sierra de Tramuntana en Mallorca, entre otras cordilleras europeas, así como la aparición de amplias regiones volcánicas, algunas de ellas aún activas, como las zonas del Etna o el Stromboli. La facilidad de migración de las especies por los importantes pasos de comunicación que entonces existían, facilitó que hace doce millones de años las faunas de Alemania y Kenia fuesen casi indistinguibles.

            

            Aquí lo dejo por ahora. En el próximo capítulo pasaré a los simios europeos (es lo que hace Flannery, no penséis que me salto cosas; bueno en realidad me salto muchísimas, pero no quero fusilar el libro -que lo merece- para que no me denuncien por plagio).

 

 

 

           

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