EL SUEÑO DEL CELTA. MARIO VARGAS LLOSA

 


EL SUEÑO DEL CELTA

Tenía pendiente, desde hace ya unos añitos, la lectura de El sueño del celta, de Mario Vargas Llosa. Fui postergándola por no sé qué malos presentimientos. Sin motivo alguno. La novela se publicó en 2010, así que supongo que me hice con ella algo después. Desde entonces dormía el sueño de los libros semiolvidados, pero siempre presentes en la lista de los que “ya va tocando empezar a leer”.

Por fin, hace unos días, lo empecé y anteayer lo terminé. Mis presentimientos eran solo algo acertados. No por el contenido. No por la historia novelada de Roger Casement que Vargas Llosa nos cuenta en 451 páginas. Por la extensión. Cada día aborrezco más las historias largas, los rellenos en los textos, en las películas, en las series. Todas esas divagaciones, disquisiciones que no hacen nada por el bien de la historia que se cuenta, de la trama. Solamente cubrir páginas o rellenar minutos sin aportar nada, como si los libros se vendiesen al peso o la calidad de las películas tuviese que ver con su metraje.

Parece que es signo de los tiempos. Vicio (a mi entender) contra el que me revelo saltándome párrafos o pasando a alta velocidad fragmentos de películas o series, so pena de perderme algo. Casi nunca veo ahora una película o serie desde que empieza a emitirse; en el caso de las series no las empiezo hasta que no van ya emitidos un buen número de capítulos o incluso una temporada completa, para poder ver dos o tres de un tirón y seguir mejor la historia. Así que cuando llegan los minutos de la basura, le doy al avance rápido (ventajas de la tecnología actual y de tener televisión de pago).

Volviendo a la novela y dejando de lado la extensión. Es una muy interesante historia sobre los desmanes europeos en el Congo, en la Amazonia y sobre la rebelión de Irlanda colonizada por los británicos. Creo admirable el trabajo de documentación histórica del autor (dejando aparte el mayor o menor rigor al contarlo: es una novela). Muy recomendable para quién todavía no se crea la inmensa crueldad que los humanos somos capaces de desarrollar con nuestros semejantes. Vargas Llosa aprovecha para dejar claro lo que piensa de los patriotismos (variante laica del irracional integrismo religioso).

“El patriotismo es el último refugio de los canallas”.

“No debemos dejar que el patriotismo nos arrebate la lucidez, la razón, la inteligencia”.

“El patriotismo es una religión, está reñido con la lucidez. Es puro oscurantismo” (Vargas Llosa atribuye esta frase a Georges Bernard Shaw).

 “El patriotismo de oropel -banderas, himnos, uniformes- representa siempre, a la corta o a la larga, un retroceso hacia el provincianismo, el espíritu de campanario y la distorsión de los valores universales”.

También una consideración de un tema completamente actual (hace unos días el parlamento aprobó la ley de eutanasia):

“Un hombre debe vivir mientras sienta que su vida vale la pena. Si no, no”.

Por último, una reflexión sobre la fe para dar que pensar a los creyentes de cualquier religión:

“En lo que se refiere a Dios hay que creer, no razonar. Si razonas, Dios se esfuma como una bocanada de humo”.

Y ese sería el fin del negocio de papas, obispos, ayatolas, gurús y personajes de la misma laya.

Lectura de digestión pesada (por la extensión) pero exquisita.

 

 

Comentarios

  1. Pues espera las 688 páginas de la última novela de Javier Marías...

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