LA HISTORIA DE TU VIDA. TED CHIANG
LA HISTORIA DE TU VIDA. TED CHIANG
Hace
poco descubrí en el suplemento cultural de un diario o un semanario, no
recuerdo bien, que existía un multipremiado escritor de ciencia ficción
desconocido para mí. Interruptus. Aun reconociendo que en ocasiones los diarios
y semanarios pueden llegar a embrutecer y a contribuir a la incultura general, creo
que, de manera general, la lectura crítica de las noticias, incluidas las de
deportes y, en ocasiones, hasta las esquelas y los anuncios por palabras,
ayudan a la formación cultural de los individuos, así que ¿por qué un
suplemento de cultura?
Entiendo
un suplemento de economía, monotemático de una parte del saber; entendería un
suplemento de literatura, un suplemento de música, de cocina, o de cualquier
otro tema que se tratase de manera específica. Lo que no entiendo ni comparto
es que los llamados suplementos de cultura sean monotemáticos de literatura o,
como mucho, incluyan también la música. En fin, cosas veredes, amigo Sancho.
Volviendo
al tema. Descubrí a Ted Chiang. Autor
poco prolífico (lo que en parte no me extraña dada la dificultad de sus
relatos) del que conseguí gracias una vez más a los reyes mágicos, hacerme con
dos de sus tres, hasta ahora, libros. Y ya me leí uno de ellos, el que da
título a esta entrada. Son relatos de extensión variable. Ciencia ficción dura.
Compleja. De lectura y digestión lentas. Alguno de los relatos, al menos uno,
ha sido pasado ya al cine, y digo al menos uno porque yo ya había visto la
película correspondiente (La llegada,
de Denis Villeneuve) ignorando quién
era el autor de la idea original.
En el
primero de los relatos (La torre de Babilonia) nos da el tamaño de la misma.
Dice que si estuviera tumbada se
tardarían dos días en caminar de un extremo al otro, pero como se alza en
vertical, se tarda mes y medio en subir de la base a la cima, si quien subiera
no lleva carga alguna. Parcialmente ocioso como estoy y curioso como soy,
me dio por hacer un cálculo aproximado de la altura que podría tener la citada
torre. Teniendo en cuenta que una persona normal puede caminar a una velocidad
de unos 4 kilómetros por hora, en las 48 horas que suman dos días, la altura de
la torre sería de unos 196 kilómetros, lo que no está nada mal.
El
libro consta de ocho relatos de entre 3 y 40 páginas, en los que se desarrolla
pura ficción fantástica o derivados científicos complejos. Ideal para los
amantes de la masticación pausada y de darle vueltas al bolo alimenticio antes
de tragarlo. Apetecible plato que espero seguir degustando con Exhalación, el segundo de los libros de
este autor que ya tengo.
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