LA MADRE DE FRANKENSTEIN. ALMUDENA GRANDES

 

LA MADRE DE FRANKENSTEIN


            Quinientas cincuenta y ocho páginas (558). Almudena Grandes, aprovechando un hecho real (el asesinato de Hildegart Rodríguez Carballeira por su madre Aurora Rodríguez Carballeira) desarrolla una trama y varias subtramas con el fin de, creo yo, alcanzar las páginas antes citadas, además, claro está, del placer que a ella le causará (supongo) escribir y el placer que a los lectores nos causa leerla, placer en mi caso disminuido por la excesiva e innecesaria extensión.

            Una buena comida (lectura) no tiene porqué ser copiosa hasta el hartazgo. Siendo sabrosa, la cantidad suficiente calma las ansias de satisfacción y no embota. Al menos para mí. ¿Qué ocurre cuando un bien conseguido plato se repite en la misma sesión una y otra vez? Pues que empezamos a retirar partes, a quitar aderezos que satisfacen la primera aparición y cansan a partir de ella. Subtramas que no aportan nada especial y solo rellenan.

            Recuerdo que mi admirado Isaac Asimov contaba en las introducciones a sus relatos cortos, cómo las revistas que se los publicaban le pagaban a tantos centavos por palabra. Quiero pensar (mejor, NO quiero pensar) que eso les ocurre ahora a las editoriales: pagar por palabras o por hojas. La otra opción es que paguen al peso. No sé qué será peor. Pero es que ayer empecé a leer el último de Javier Marías (Tomas Nevinson) y tiene ¡más de 600 páginas! Hace ya un tiempo que tengo en la recámara Moby Dick de Herman Melville con ¡casi 800! y 2666 de Roberto Bolaño con ¡1200 páginas! Cada vez que los cojo aborrezco empezarlos solo por la extensión.

            Voy a hacerme una promesa que seguro que no cumpliré: No volveré a comprar ningún libro que tenga más de 350 páginas. Ya sé que es una tontería, sabido es que la esencia viene en frascos pequeños (también el veneno) aunque en ocasiones enormes barriles están llenos de contenidos de los que no se puede desaprovechar ni una línea, pero es para congraciarme durante cinco segundos conmigo mismo.

            A pesar de los descartes, plato sabroso que nos lleva a la sociedad (una parte) en la España de los años 50 del siglo pasado. Que aproveche.

           

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

LA ESCUELA

HENNING MANKELL Y OTROS

EL PAVO REAL