EL MUNDO, LA SIDRA Y LA TORTILLA
EL
MUNDO, LA SIDRA Y LA TORTILLA
1 Hola
3, llegaste, ¿Qué tal te va? Ya pedimos y sidra y tortilla.
3.
Hola. Muy bien, ¿Qué tal vosotros? Cuánto tiempo.
2.
Pues sí. Todos bien. Aquí, arreglando el mundo
1. . Si, charlando sobre esta puñetera etapa que nos está tocando vivir ahora. No sé cómo lo veis vosotros, pero creo este chigre es el mejor sitio para hablar tranquilamente de eso mojándolo con un poco de sidra, y no es por nada que nosotros hayamos querido, o sí, no sé, puede que estemos demasiado adocenados. Este es un mundo casi maldito desde el que algunos como vosotros, que sois creyentes, por lo menos pensáis que podéis escapar a otra dimensión mejor, bueno, o peor, según seáis de cumplidores de los mandatos que la religión os impone.
2. Bueno,
bueno, a mí mi religión no me impone nada, sólo me indica el camino correcto
para, como tú dices, salir de esta vida terrenal y poder llegar a disfrutar de
la gracia de mi dios, así que no te pases con eso.
1. Me da
igual que lo llames preceptos, señales de tráfico o tradición, y además me
parece muy bien que esas creencias te sirvan para tener esperanza en un futuro lejos
de los gusanos o las plantas, las respeto, pero me gustaría que, lo mismo que
yo lo hago, tu respetes que yo no crea nada de eso.
2. Bueno, lo
que pasa es que tú no tienes fe en nada, algo que yo no puedo entender. ¿no ves
todo lo que hay a tu alrededor? ¿Quién lo puso ahí? No creo que surgiera de la
nada, alguien tuvo que crearlo, alguien con una sabiduría y un poder omnímodos
y a ese alguien yo lo llamo dios y creo en él y sigo sus normas.
1. Ya,
normas que él te dicta por la noche, cuando duermes, y no cuatro iluminados
disfrazados de algo para distinguirse del común de los mortales, En fin, mejor
lo dejamos aquí, que por estos rollos de religión ya se ha matado demasiada
gente y no merece la pena que la sidra se caliente y se enfríe la tortilla.
2. Tienes
razón, llevamos muchos años de amistad y cada uno piensa como piensa. Respecto
a la cuestión inicial, la verdad es que, con matices, coincido contigo. Los humanos
hacemos que el mundo sea un lugar desagradable. La justicia, en la mayoría de
los casos, brilla por su ausencia y parece que muchos no entienden otra ley que
la del poder, sea del dinero, del palo, o de la zanahoria. Incluso en los
lugares que podríamos llamar más adelantados socialmente, la justicia está
sesgada y deformada por cantidad de leyes dictadas por el capricho de los
políticos de turno.
1. Y ya
puestos, mejor ni hablamos de los políticos, nuestros teóricos representantes
en los países democráticos. En realidad, ni representan a los ciudadanos ni
nada, son siervos aborregados de cuatro mandamases, jefes de los partidos, que,
a su vez, están con la cerviz agachada delante de las grandes corporaciones.
Votan como borregos lo que dicta la burocracia del partido, cobran el sueldo y
a esperar que los vuelvan a meter en las listas de hoz y coz, sin aportar
mérito alguno.
2. Buenooooo,
hoy estamos negacionistas totales, ¿dormiste mal o te pica la almorrana? Algo
hacen hombre, si no esto sería un descontrol, ¿Quién nos iba a controlar?
3. Si
llego a saber que estábamos así de peleones, en vez de sidra, que ya llevamos seis
botellas, os pido tila alpina. Os veo a los dos bastante pesimistas. En el
mundo hay cosas buenas y malas, lo que pasa es que, al repartir, a unos les
tocan cartas buenas y a otros mierda pinchada en un palo. Vosotros, viviendo
dónde y cómo vivís, no podéis quejaros demasiado. Lo de las creencias
religiosas, pues si, haya cada uno, que además eso no tiene nada que ver con la
conciencia social. La justicia no existe, es una entelequia, existen las leyes
que, iba a decir que nosotros nos damos, pero no, las que nos imponen. Eso sí,
lo de los políticos no tiene nombre. Si hubiera listas abiertas y de verdad los
elegidos fuesen responsables frente a sus votantes, la mitad de los borregos
que pacen en el parlamento se habría muerto de hambre. ¡Venga jefe, échanos
otro culín!
Ah, y otra cosa antes de marchar, lo de este mundo no tiene solución. Somos una especie invasora y destructora, así que o nos reiniciamos por las buenas, cosa que veo difícil, o nos extinguiremos por las malas. Venga, ese culín, la cuenta y pa casa a dormila que mañana toca madrugar.
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