Bernie. In memorian.

La semana pasada me despedí de mis aventuras con Bernie Gunther, uno de mis más fieles amigos a lo largo de los últimos años. No recuerdo como nos conocimos, ni siquiera si alguien nos presentó o fue por puro azar. Ha sido un guía fiel que me ha llevado a lugares y situaciones en las que mi imaginación no se habría atrevido a entrar sin su compañía. Yo ya había paseado por la Alemania de entreguerras, pero no por sus cloacas, solo la superficie más festiva; Bernie me condujo por el Berlín enloquecido de los años 30 del pasado siglo; me hizo ver la ascensión del nazismo desde otro punto de vista. Más tarde, sufrí con él pasajes horrorosos de la segunda gran guerra, dulcificados en parte por su negro humor y su cinismo irreverente. Nuestros paseos por Praga, Zagreb, nuestro viaje a tierras americanas una vez concluida la contienda, tantos lugares, tantas aventuras. Después la vuelta a casa, a la vieja...