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DESEOS IMPOSIBLES (O NO)

  DESEOS IMPOSIBLES (O NO)   QUISIERA VOLVER A NACER PARA: Recordar los lugares en los que nunca estuve Olvidar todo lo que nunca aprendí y recordar lo que nunca supe Recordar toda aquello que nunca pasó Acariciar otra vez esas texturas que mis manos nunca tocaron Dejar de padecer por agravios que nunca me infringieron Volver a oler las flores que jamás existieron Volver a degustar comidas que nadie cocinó Volver a amar a todas las personas que nunca he conocido Volver a oír las canciones que nadie compuso Volver a leer los libros que jamás se escribieron Volver a mirar los cuadros que nunca nadie pintó Volver a derramar las lágrimas que nunca surcaron mis mejillas Ser el locutor de una emisora de radio sin oyentes Ser el único oyente de la emisora de radio que nunca emite Volver a morir para recordar todas las cosas que nunca haré y a todas las personas que jamás conoceré.    

MI PRIMER AMOR

            Por algún motivo ignoto, en la entrada anterior me salté uno de los ejercicios propuestos.  Creo que es el más relacionado con este humilde blog, así que lo dejo aquí solo, para no mezclarlo con las realidades mas o menos inventadas de los anteriores. Este es real como la vida misma (o al menos así lo siento). MI PRIMER AMOR             Extraño tema y difícil pregunta. No por inusual, sino porque a ciertas edades el proceso de retrospección puede llegar a hacerse algo arduo. También porque no sé muy bien cómo definir eso de “mi primer amor”. Desde luego no son esas mariposillas que se te ponían en el estómago cuando veías a alguna niña en el colegio o los primeros años de instituto: la rubita aquella de la melenilla o la morenaza (es un decir claro) de las enormes trenzas. Ni creo que deba uno referirse al afecto a los padres o a los hermanos (si pudiera proceder) que son más bien instintos básicos.             Por otra parte, ¿qué es el amor? o, mejor dicho, ¿qué tipo

CLUB DE ESCRITURA

  Esta primavera pasada me apunté a un taller de escritura. Ya sabéis que la ociosidad es la madre de todos los vicios y el germen de la sublimación de nuestras debilidades. Admitido en el taller, empezamos a mediados de marzo, hora y media en miércoles alternos, y, entre otras cosas, la profesora nos encarga ejercicios para la sesión siguiente. Aquí recopilo alguno de los por mi realizados . A Vamos allá. Ayer, miércoles 22 de marzo, primer día del taller de escritura (después de la confusión de anteayer). Estábamos en una sala de la biblioteca de villa Magdalena la profesora, Ángeles Carbajal, y seis alumnos (como siempre en este tipo de actividades más mujeres que hombres, cuatro a dos, casi lo mismo que en mi club de lectura, siete a dos). Después de una introducción al tema escribidor y toda una serie de buenos consejos de cómo afrontarlo, nos propuso deberes para la semana que viene: pensar en alguna palabra que sea importante para nosotros y desarrollar el porqué; para ello

ADIOSES

  ADIOSES (o: esto es un sin dios) Fue un día de marzo, de esos en los que la primavera ya le está soplando la nuca al invierno. No recuerdo exactamente, pero aún no habían cambiado la hora, de eso estoy seguro, así que las tardes todavía duraban poco y, aunque el solecillo de mediodía ya recalentaba los huesos, el relente del atardecer obligaba a guarecerse temprano. No estoy seguro, pero me gusta pensar que fue hacia el quince, los idus de marzo, ojalá fuese esa fecha por lo que tuvo de significado histórico en el pasado lejano y por lo que tiene y habrá de tener. En todo caso, no eran todavía las 9 de la noche. Hacía poco que me había apoltronado enfrente del televisor para esperar a que diesen las noticias de las nueve. Veo siempre los titulares y, si alguno me llama especialmente la atención, espero a que lo amplíen; como no suele ser así busco en alguna cadena algo menos embrutecedor que las políticas peleas y miserias, los sucesos, los deportes variopintos, casi siempre fú

ENSAYO SOBRE LA ESTUPIDEZ

              LECCIÓN INAUGURAL DEL MÁSTER “ASSHOLD SOCIOLOGY DEVELOPMENT” DEL "INTERNATIONAL DOUCHEBAG SOCIOLOGY INSTITUTE". Quiero empezar mostrando mi agradecimiento a esta institución por haber pensado en mí para impartir esta lección inaugural. A la vez he de confesar mi extrañeza cuando recibí la invitación para este acto. Que un instituto perteneciente al ámbito privado, de una determinada orientación ideológica (si se me permite denominarla así) y con las peculiares características del suyo piense que una profesora de una Universidad pública, además del campo de la antropología y, más concretamente, centrado en la evolución humana, pueda ser la persona adecuada para este acto, me resulto, inicialmente, sorprendente. Sinceramente, mi primera opción fue la de declinar amablemente la invitación. Como me gusta reposar un poco mis decisiones, no les contesté inmediatamente, sino que me di un par de días para darle alguna vuelta al tema. No lo consulté con ninguno de mi

LA BALADA DE CABLE HOGUE

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  LA BALADA DE CABLE HOGUE Hace un par de días volví a disfrutar en la televisión de una de mis películas digamos que más entrañables: La Balada de Cable Hogue. Dirigida por Sam Peckinpah y estrenada en 1970 es uno de esos ahora llamados wéstern crepusculares. Una historia sencilla de amor y venganza, sin grandes paisajes (a no ser que se sea amante del desierto) pero con unas interpretaciones que, a mí, me han resultado siempre estupendas. Creo que la vi por primera vez en el cine, allá por la mitad de los años setenta, unos añitos después de estrenada (en aquellos tiempos había un cierto retraso entre el estreno americano y el español, mucho más si, como fue mi caso, la ves en un pueblo como Candás (sí, había cines en los pueblos, es más, Candás debe ser uno de los pocos que aún lo conserva y en el que, además de otras actividades culturales y jornadas de teatro, siguen proyectándose películas. Una verdadera rareza). He vuelto a verla unas cuantas veces más en televisión y sigo

TRANSBORDO EN MOSCÚ. EDUARDO MENDOZA

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              Última entrega de la trilogía de las aventuras y desventuras de Rufo Batalla. Para mi esta tercera ha sido la mejor, a pesar de una cierta tristeza/desengaño que se trasluce en algunas partes de la obra, mitigada, eso sí, por el excelente sentido del humor de Eduardo Mendoza .             De ser cierta la noticia que tengo metida en mi cabeza, no sé si cierta o soñada, de que éste es el último libro de Mendoza, mi particular tristeza aumenta unos cuantos grados. Desde que lo probé con El misterio de la cripta embrujada, siguiendo por El laberinto de las aceitunas, La verdad del caso Savolta, La ciudad de los prodigios, Sin noticias de Gurb, El tocador de señoras, y otras más (no sigo por no ser pesado) ha sido uno de mis cocineros de cabecera, con platos de muy diferentes características, pero todos ellos de excelente factura. Espero que solo sea una falsa noticia y nos deleite con algún platillo más.             Como siempre transcribo unas pocas de sus frases de